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#02 Mayo 2013 / Urbanismo Bordes, fronteras y otras divisiones

Sit Fast - Contorsiones Sonoras

Comisario: Sebastiá Garcia Esparducer
Artista: Manolo Laguillo

Sit Fast

Video, 4' 44''
Barcelona, 2012
La pieza musical incluida aparece con autorización de © Jordi Savall, Hesperion XX. Auvidis-Astrée 1989.

Sit Fast por Manolo Laguillo

El título que le doy a esta obra proviene del que tiene la pieza musical que constituye su parte de audio, una composición para tres violas de Christopher Tye (1505-1572). La palabra 'fast' debe entenderse en el sentido de 'ajustadamente', de manera que 'Sit Fast' se refiere a la necesidad de que cada uno de los intérpretes se asiente firmemente en su sentido interior del ritmo para no perderse.

"Contorsiones sonoras".

Espacios entre límites, interferencias y espacios de resistencia.

 

 CAST

Abstract                                                                                   

El primer límite al que nos enfrentamos al definir fronteras y espacios, es la interacción con una realidad incierta pero directa, aquella que experimentamos en nuestro día a día, dentro de nuestra cotidianidad, i que nos obliga a percibirnos de una manera determinada. Con este choque inicial establecemos, a través de la experiencia estética puesta en este primer límite como método, una verdadera conciencia de existencia vital, estética i de relaciones entre el yo, el otro y el espacio contextual que habitamos. Establecer así una primera aproximación a la idea de límite y frontera en un contexto urbano es comenzar a crear algo a partir de este yo-interior-exterior y a través de la escucha, crear este espacio-frontera aural que nos mantendrá en extremos y a la deriva, a través de éste como práctica estética. Nuestro punto de partida será, por tanto, el carácter nómada de una acción performativa, que consistirá en experimentar el sonido/ruido de la urbe como una experiencia a partir de límites intangibles y que nos va a permitir articular nuestro discurso sonoro a través de la creación de espacios situados entre estos límites. Con estas ideas, se abrirá al mismo tiempo la necesidad de crear espacios no sólo de experimentación sino de acción y de contrapoder nuevos dónde el ruido y su escucha se convierten en un dispositivo de práctica política, y que nos retornará a los individuos cierta capacidad de acción.

Tags

Experiencia estética, urbe, frontera, límite, performance, micropolítica, espacios, resistencias, ruido.

 

 

CAT

Abstract

El primer límit al qual ens enfrontem al definir fronteres i espais, és la interacció amb una realitat incerta però directa, aquella que experimentem en el nostre dia a dia, a la nostra quotidianeïtat, i que ens obliga a percebre'ns d'una manera determinada. Amb aquest xoc inicial establim, a través de l'experimentació estètica posada en aquest primer "límit" com a mètode, una vertadera consciència d'existència vital, estètica i de relacions entre el jo, l'altre i l'espai contextual el qual habitem. Establir així una primera aproximació a la idea de límit i frontera en un context urbà és començar a crear quelcom en el jo-interior-exterior a través de l'escolta, crear aquest espai-frontera aural que ens mantindrà en extrems i a la deriva, a través d'aquest com a pràctica estètica. El nostre punt de partida serà, per tant, el caràcter nòmada d'una acció performativa, que consistirà en experimentar el so/soroll de la urbe com una experiència a partir de límits intangibles i que ens permetrà articular el nostre discurs sonor a través de la creació d'espais situats entre aquests límits. Amb aquestes idees, s'obrirà al mateix temps la necessitat de crear espais no només d'experimentació sinó d'acció i de contrapoder nous on el soroll i la seva escolta esdevé un dispositiu de pràctica política, i que ens retornarà als individus capacitat d'acció.

Tags

Experiència estètica, urbe, frontera, límit, performance, micropolítica, espais, resistències, soroll.

CAST

Contorsiones sonoras. Prefacio.

"... y es que esta escucha del afuera no está de hecho ni dentro ni fuera, simplemente está en movimiento".

Carmen Pardo

 

La calle es un lugar de movimientos y de contactos, de vibraciones, de ritmos, de velocidades y de dinámicas. El umbral, este espacio creado entre el espacio público (yo y el otro) y el privado (el yo), creado por nosotros como un conducto marcado por el "caminar en los límites" entre texturas y pliegues tanto visuales como sonoros, establece que su experimentación sonora, la de la calle, se halle no a causa de una posible estructura compositiva que establezca así relaciones musicales de tempo, regularidad métrica, escalas de densidad sonora, etc., sino que puede establecerse dentro de la reciprocidad entre el espacio que se está escuchando y uno mismo como creador y organizador de este mismo espacio. Por lo tanto, una concepción de límite y frontera entendida como la experiencia aural de la urbe viene dada por la relación entre el espacio personal, como interferencia provocada por la escucha, y el espacio donde nos relacionamos. Es decir, transformar el espacio, ya de por sí sonoro, en un espacio de escucha interactiva, participativa, de creación i de acción, borrando sus límites, y donde nuestro sonido reverbera y nos retorna a través de nuestro cuerpo, a modo de feedback, a cada paso que realizamos. Todo junto mientras borramos las marcas que nos delimitan, mientras dibujamos un nuevo territorio acústico y de relaciones no sólo en este espacio en recreación constante, sino también con el sonido i los cuerpos del otro.

Caminando, resonando y escuchando a través de las calles participamos en el "aquí y ahora" de la creación de un espacio relacional, de un mecanismo de interacción "espacio-personal", entendido como un punto de encuentro que requiere una nueva cartografía del espacio vivido, que incorpore la dinámica de la interferencia sonora, es decir, la "puesta de la oreja" por parte del individuo, entendida como una escucha estética "en el límite". Con sus movimientos y contorsiones sonoras, viene a dar forma a la experiencia sobre el espacio social, de identidades audibles, a la que pertenecemos.

 

CAT

Contorsions sonores. Prefaci.

"... y es que esta escucha del afuera no está de hecho ni dentro ni fuera, simplemente está en movimiento".

Carmen Pardo

 

El carrer és un lloc de moviments i de contactes, de vibracions, de ritmes, de velocitats i de dinàmiques. El llindar, aquest espai creat entre l'espai públic (jo i l'altre) i el privat (el jo), creat per nosaltres com un conducte marcat pel "caminar en els límits" entre diferents textures i plecs visuals i sonors, estableix que la seva experimentació sonora, la del carrer, es trobe no a causa d'una possible estructura compositiva que estableixi relacions musicals de tempo, regularitat mètrica, escales de densitat sonora, etc., sinó que la podem establir en la reciprocitat entre l'espai que s'està escoltant i un mateix com a creador i organitzador d'aquest mateix espai. Per tant, una concepció de limit i frontera entesa com l'experiència aural de la urbe vé donada per la relació entre el temps personal, com la interferència provocada per l'escolta, i l'espai on ens relacionem. És a dir, transformar l'espai, ja de per sí sonor, en un espai d'escolta interactiva, participativa, de creació i d'acció, esborrant els seus límits, on el nostre so reverbera i ens retorna a través del nostre cos, a mode de feedback, a cada pas que realitzem. Tot plegat mentres esborrem les marques que ens delimiten, mentre dibuixem un nou territori acústic i de relacions no només amb aquest espai en re-creació constant, sinó també amb el so i els cossos dels altres.

Caminant, ressonant i escoltant a través dels carrers participem en l'aquí i l'ara de la creació d'un espai relacional, d'un mecanisme d'interacció "espai personal" com a punt d'encontre que requereix una nova cartografia de l'espai viscut, que incorpore la dinàmica de la interferència sonora, és a dir, la posada de l'orella per part de l'individu, entesa com una escolta estètica "en el límit". Amb els seus moviments, sonors, ve a donar forma a l'experiència sobre l'espai social, d'identitats audibles, a la qual pertanyem.

CAST

Urbano significa que la relación entre los sonidos de uno y los del otro contribuyen a la creación de un sonido local, comunitario, nuestro, a una cultura sonora, la de la lengua por ejemplo, y a la creación de espacios compartidos a través del ruido que se desplaza entre ellos. De esta manera, se producen y se reconfiguran de una manera dinámica los espacios acústicos, sin fronteras fijas, convirtiéndose en aquello con que son ocupados, con cuerpos, sonidos y silencios, a modo de flujo, solapamiento y que se redimensionan momento a momento.

Entendemos, por lo tanto, en el caso que nos ocupa, que escribir sobre espacios, fronteras y límites dentro de un contexto (sonoro) de la urbe se convierte en un discurso en dos vertientes. Por una parte, se convierte en un discurso puramente estético porque el sonido propio y el sonido del otro crea espacios, urbis, no solo destinados a la interacción y la relación, sino también destinados a la reflexión sobre lo sonoro, y para entender nuestro contexto social como una inmensa acción sonora interactiva, como una representación sensible así legitimada por nuestra escucha. Legitimada, también, por la acción performativa del cuerpo, la acción de caminar, de transitar y de contorsión, de interpretación/interacción/creación en el espacio en el que interactuamos y creamos.

Por otra parte, forma parte también de un discurso (micro)político porque se convierte también en una acción, una nueva disposición de los cuerpos, en un nuevo planteamiento del espacio y del tiempo que define nuevas maneras y formas de estar juntos o separados, delante o en medio, dentro o fuera, próximos o distantes.

 

CAT

Urbà vol dir que la relació entre el sons d'un i el sons dels altres contribueixen a la creació d'un so local, comunitari, nostre, a una cultura sonora, la de la llengua per exemple, i a la creació d'espais compartits a través dels sorolls que es mouen entre ells. D'aquesta manera, es produeixen i es reconfiguren d'una manera dinàmica els espais acústics, sense fronteres fixes, convertint-se en allò amb que són ocupats, amb cossos, sons i silencis, a mode de fluxe, solapament i que es redimensionen moment a moment.

Entenem, per tant, en el cas que ens ocupa, que escriure sobre espais, fronteres i límits dintre del context (sonor) de la urbe esdevé un discurs en dos vessants. Per una part esdevé un discurs purament estètic perquè el so propi i el so dels altres crea espais, urbis, no només destinats a la interacció i la relació, sinó també a la reflexió sobre allò sonor i per a l'experimentació estètica, és a dir, per a entendre el nostre context social com una immensa acció sonora interactiva, com una representació sensible així legitimada per la nostra escolta. Legitimada per l'acció performativa del cos, l'acció de caminar, de transitar i de contorsió, d'interpretació/interacció/creació en l'espai en el qual interactuem i creem. 

Per altra banda, forma part també d'un discurs (micro)polític perquè esdevé també una acció, una nova disposició dels cossos, en un nou plantejament de l’espai i del temps i que defineix noves maneres d’estar junts o separats, enfront a o enmig de, dintre o fora, pròxims o distants.

CAST

Reverberaciones. Espacios domesticados y territorios pirata.

La ciudad es visual y sus fronteras y límites también lo son únicamente como concepto. En nuestro concepto urbano, por lo contrario, nuestro espacio vital es sonoro, y las tensiones se plasman en la confrontación entre espacios acústicamente definidos, domesticados i silenciados (el silencio de John Cage)1, que son espacios de poder, y aquellos espacios residuales y de resistencia. Territorios pirata.

Un espacio silenciado, de la misma manera en que lo hace una concepción visual de la urbe, está programado para separar individuos, los cuerpos los unos de los otros. Estos espacios de silencio operan a través de un sistema que podríamos llamar de orden, con la finalidad última de crear espacios de orden. ¿Se pretende, por tanto, abandonar cada vez más el espacio público como espacio de manifestación de conflictos sociales? La actualidad cotidiana que estamos viviendo durante estos días en España nos dice que no, pero poco a poco los estamos recuperando2. Éstos podrían ser territorios pirata, espacios para la libre circulación del ruido y de las personas que configuran la urbe y que hacen desaparecer cualquier indicio de frontera.

Entrando en una reflexión más sociológica, cultural y relativa a la esfera social, podemos indicar que el ruido, como manifestación de tensiones entre el poder y el contexto al que se aplica, no deja de ser un mecanismo de expresión de libertad, de libertad de expresión, particularmente localizada en la calle, en el espacio público. El ruido, creador de espacios, tiene que ser experimentado como creador de formas de todo aquello a lo que no se le puede dar forma, como una interferencia en un mensaje de radio, pero también como lugar para  la diversidad y lo extraño, creador de nuevas maneras de configuración de comunidades y formas de conocimiento del lugar, del otro y de sus límites en relación a un espacio.

 

NOTAS:

1 Para John Cage el silencio sólo existe como concepto, es simple morfología.
2 Nos referimos a las múltiples manifestaciones en contra de las políticas de recortes del 2012 del gobierno Rajoy por todo el territorio español 

 

CAT

Reverberacions. Espais domesticats i territoris pirata 

La ciutat és visual i les seves fronteres i límits també ho són únicament com a concepte. El nostre context urbà, el nostre espai vital és sonor, i les tensions es plasmen en la confrontació entre espais acústicament domesticats i silenciats (el silenci de John Cage)1, que són espais de poder, i aquells espais residuals i de resistència. Territoris pirata.

Un espai silenciat, de la mateixa manera que ho fa una concepció visual de la urbe, està programat per a separar els individus, els cossos els uns dels altres. Aquests espais de silenci operen a través d'un sistema que podriem anomenar d'ordre, amb la finalitat última de crear espais d'ordre. Es pretén, per tant, abandonar cada vegada més l'espai públic com a espai de manifestació dels conflictes socials? L'actualitat quotidiana que estem vivint durant aquests temps ens diu que no, però que poc a poc els estem recuperant2. Aquests podrien ser els espais pirata. Espais per a la lliure circulació del soroll i de les persones que configuren la urbe i que fan desaparèixer qualsevol indici de frontera.

Entrant en una reflexió més sociològica, cultural i relativa a l'esfera social, podem indicar que el soroll, com a manifestació de tensions entre el poder i al context al qual s'aplica, no deixa de ser un mecanisme d'expressió de llibertat, de llibertat d'expressió, particularment localitzat al carrer, a l'espai públic. El soroll, creador d'espais, ha de ser experimentat com a creador de formes de tot allò que no se li pot donar forma, com ara una interferència en un missatge de ràdio, però també com a lloc per a la diversitat i a allò estrany, creador de noves maneres de configuració de comunitats i formes de coneixement del "lloc", de l'altre i dels seus límits vers un espai.

 

NOTES:

1 Per a John Cage el silenci només existeix com a concepte, és simple morfologia.
2 Ens referim a les múltiples manifestacions en contra de les polítiques de retallades del 2012 del govern Rajoy per tot el territori espanyol 

CAST

El ruido ha dejado de ser ya un síntoma de desorden teórico para convertirse en una evidencia de los cambios culturales a través de las diferentes zonas urbanas y de sus "no límites". Este no desorden sonoro es capaz de elaborar una versión de la vida en común, de la vida en comunidad mucho más productiva que la cultura visual actualmente ya desvirtuada, ya que afecta a las diferencias sociales concediendo contactos más fértiles en las relaciones entre sujetos o, mejor dicho, entre personas.

Resumiendo, la del ruido es ya per se una práctica estética del límite porque actúa dentro del espacio-frontera entendido ahora como la relación entre dentro/fuera, como una nueva expresividad, una "interferencia" que conlleva implícita una potencialidad que, como gesto, supone una actitud estética en favor de una visión del arte que, forzosamente, tiene que penetrar y perturbar los discursos lineales de la vida cotidiana. El ruido, como práctica estética nos convoca a desplazar los límites de las relaciones de poder, de las relaciones entre comunidades acústicas. El arte es crítico, para Jacques Rancière, cuando sale de los espacios, de los marcos y de los límites que le son propios para transformarse en una práctica social y, por tanto, interactiva.

 

CAT

El soroll ha deixat ja de ser un símptoma de desordre teòric per a convertir-se en una evidència dels canvis culturals a través de les diferents zones urbanes i dels seus "no límits". Aquest "desordre" sonor és capaç d'elaborar una versió de la vida en comú, de la vida en comunitat molt més productiva que la cultura visual actualment ja tan desvirtuada, ja que afecta a les diferències socials concedint contactes fruitosos en les relacions entre subjectes o, millor dit, entre persones.

Resumint, la del soroll és ja per se una pràctica estètica del límit perquè actúa dintre de l'espai-frontera entès ara com la relació entre dins/fora, com una nova expressivitat, una “interferència” que porta implícita una potencialitat que, com a gest, suposa una actitud estètica en favor d’una visió de l'art que, forçosament, ha de penetrar i pertorbar els discurssos lineals de la vida quotidiana. El soroll, com a pràctica estètica, ens convoca a desplaçar els límits de les relacions de poder, de les relacions entre comunitats acústiques. L’art és crític, per a Jacques Rancière, quan surt dels espais, dels marcs i dels límits que li són propis per a transformar-se en una pràctica social i, per tant, interactiva.

CAST

Transitamos los límites para eliminarlos. Algo que parece que empieza y que parece que termina.

Retomamos la idea inicial de establecer una aproximación a la idea de límite y frontera en un contexto urbano a partir de la creación de un espacio-frontera entre el yo-interior-exterior, es decir, la experiencia estética entendida como una frontera, un umbral entre dos perspectivas tan alejadas como la sonora y la visual, que se rompe entre una interioridad, subjetiva, de persona, y una realidad urbana, donde este caminar entre límites, este "estar en el límite", funciona como una intensidad rítmica que nos sobrepasa, un flujo que define un aspecto esencial de la vida, como lo es una estructuración entre interior y exterior, del espacio entre dentro y fuera. Es el lugar para la experimentación estética y, como hemos comentado anteriormente, para la potenciación de problemáticas relacionadas con la expresión social, para la localización de espacios de poder y de resistencias, para la percepción sonora de otra manera de sentir el espacio arquitectónico y de sus límites. Es una interacción, en definitiva, entre una individualidad i las estructuras sociales de las que forma parte.

En el hecho de caminar, del devenir nómada, esta deriva "debordiana" se transforma en una interacción, en un espacio esencial de contactos que resuena con expresiones acústicas iniciadas por el cuerpo caminando y que ofrece, a cada paso, un espacio generativo abierto a narrativas, a maneras de explicar, y que se desarrollan a través de reconfiguraciones sonoras y emociones repentinas. El gesto de "andar", entendido como un acto performativo y por tanto de reflexión estética y artística, de amplificación de la experiencia cotidiana, establece un diálogo entre sujetos, personas y espacios dinámicos, como un ritual que traza material y contacto social. Este acto, entendido ahora como un espacio frontera, un "estar en el umbral", en el límite, en la frontera se convierte en un acto, en un espacio que "se sitúa en medio" entre estructuras formales de los sistemas urbanos, básicamente políticos, y movimientos "informales" de la vida privada.

Pero el ruido, uno de los mecanismos mediante el cual construimos lo social, no es inmóvil, sino que lo creamos como un espacio a través de una práctica artística, como una performance, como instalación sonora generativa y interactiva, como una experiencia estética sonora del entorno, como un espacio acústico en continua metamorfosis y evolución. Construimos el ruido y nos construimos a nosotros mismos escuchando estos espacios "entre límites" y de resonancias que es la urbe.

 

CAT

Transitem els límits per a esborrar-los. Alguna cosa que sembla que comenci i que sembla que acabi.

Reprenem la idea inicial d'establir una primera aproximació a la idea de límit i frontera en un context urbà a partir de la creació d'un espai-frontera entre el jo-interior-exterior, és a dir, l'experiència estètica entesa com una frontera, un llindar entre dos perspectives tan allunyades com la sonora i la visual, que es trenca entre una interioritat, subjectiva, de persona, i una realitat urbana, on aquest caminar en el límit, aquest "estar en el límit", funciona com una intensitat rítmica que ens sobrepassa, un fluxe que defineix un aspecte essencial de la vida, com és una estructuració entre l'interior i l'exterior, de l'espai entre dins i fora. És el lloc per a l'experimentació estètica i, com hem comentat anteriorment, per a la potenciació de problemàtiques relacionades amb l'expressió social, per a la localització d'espais de poder i de resistència, per a la percepció sonora d'una altra manera de "sentir" l'espai arquitectònic i els seus límits. És una interacció, en definitiva, entre una individualitat i les estructures socials de les quals en forma part.

El fet de caminar, aquest devenir nòmada, aquesta deriva "debordiana" es transforma en una interacció, en un espai essencial de contacte que ressona amb expressions acústiques iniciades pel cos caminant i que ofereix, a cada pas, un espai generatiu obert a narratives, a maneres d'explicar, i que es desenvolupen a través de reconfiguracions sonores i emocions repentines. El gest de caminar, entès com un acte performatiu, per tant de reflexió estètica i artística, d'amplificació de l'experiència quotidiana, estableix un diàleg entre subjectes, persones i espais dinàmics, com un ritual que traça material i contacte social. Aquest acte, entès ara com un espai frontera, un "estar en el llindar", es converteix en un acte, en un espai que "es posa enmig" entre estructures formals dels sistemes urbans, bàsicament polítics, i moviments "informals" de la vida privada.

Però el soroll, un dels mecanismes per el qual construïm allò social, no està immòvil, sinó que el creem com a espai per mitjà d'una pràctica artística, com una performance, com una instal·lació sonora generativa i interactiva, com una experiencia estètica sonora de l'entorn, com un espai acústic en continua evolució i metamorfosi. Construïm el soroll i ens construïm a nosaltres mateixos escoltant aquests espais "entre límits" i de ressonàncies que és la urbe.

CAST

Prácticas de producción de espacios sonoros i de acción.

La ciudad es una condición puramente topográfica, textual, un conjunto de estructuras y sistemas, por tanto, visuales, como hemos comentado con anterioridad, mientras que lo urbano está hecho a partir de espacios de solapamiento entre un pasado (reverberación) y un presente sonoro inmediato (feedback), de culturas sonoras i de cuerpos acústicos, es decir, un espacio de cambios. Además, esta urbe no es sólo un espacio para la celebración y la buena o mala convivencia, sino también un espacio para la subversión, la crítica, la ruptura i la acción, un espacio de resistencia, de fricciones, de cuerpos en vibración, de voces y de silencios. De esta manera, las sublevaciones, las manifestaciones de miles y miles de colectivos en nuestras calles las entendemos como instancias dinámicas de conflictos y debates, una serie de interacciones sonoras y, por tanto audibles, entre los dictados de las leyes (espacios de silencios) y el ruido de la vida en comunidad (la suspensión temporal de la ley y la creación de espacios de resistencia).

¿Podemos entender así el hecho de caminar, de transitar la urbe, de este "estar entre límites" como una operación de práctica y transformación social? No, o no del todo, ya que la desintegración y re-configuración de los espacios se realiza a partir de procesos políticos, pero está en nuestras manos crear los procesos necesarios de "re-territorialización acústica" de los espacios y crear así espacios de resistencia. Dar voz y "poner la oreja".

El día a día es una apertura, entre muchas otras cosas, geográfica, creada a partir de relaciones entre personas. Participamos de nuestro territorio a partir o a través de nuestra escucha, es decir, a través de nuestro cuerpo y de la escucha de los cuerpos dónde, mediante una resonancia dinámica y acústica relacional, podemos llegar a establecer una conceptualización del espacio a partir de una geografía generativa nueva. Así, el espacio urbano crea un espacio generado por la temporalidad de la audición. El sonido es tiempo, es volumen. Esta audición, o su condición epistemológica no deja de ser un mecanismo que se desarrolla como un evento, donde el sonido, la escucha como perspectiva central y organizadora, abre una serie de mecanismos de interacción que crean una nueva redistribución y transformación del espacio vivido, una nueva micro-geografía del momento y del movimiento. Como resultado, la relación entre el sonido de uno y el sonido del otro contribuye a la creación de espacios urbanos compartidos y su constante re-configuración. Este espacio, lo urbano, nos remite a lo inestable, intangible, a lo transitable, a aquello que se estructura sobre la marcha y que nunca termina. No tiene límites, es una esfera. Lo urbano se encuentra en las calles, plazas, museos, manifestaciones, etc., siendo un espacio sensible de visibilidades y enunciados, de microprácticas, como señalaría Foucault.

 

CAT

Pràctiques de producció d'espais sonors i d'acció.

La ciutat és una condició topogràfica, textual, un conjunt d'estructures i sistemes, per tant, purament visual, mentre que allò urbà està fet a partir d'espais de solapament entre un passat (reverberació) i un present sonor immediat (feedback), de cultures sonores i de cossos acústics, és a dir, un espai de canvis. A més, la urbe no és només un espai per a la celebració i la bona o mala convivència, sinó també un espai per a la subversió, la crítica, la ruptura i l'acció, un espai de resistència, de friccions, de cossos en vibració, de veus i de silencis. D'aquesta manera, les sublevacions, les manifestacions de milers i milers de col·lectius als nostres carrers, les entenem com a instàncies dinàmiques de conflictes i debats, una sèrie d'interaccions sonores, i per tant, audibles entre els dictats de les lleis (espais de silencis) i el soroll de la vida en comunitat (la suspensió temporal de la llei i la creació d'espais de resistència).

Podem entendre, llavors, el fet de caminar, de transitar la urbe, d'aquest "estar en el límit" com una operació de pràctica i transformació social? No, o millor dit, ben bé no, ja que la desintegració i reconfiguració dels espais es realitza a partir de processos polítics, però està en les nostres mans crear els processos necessaris de "re-territorialització acústica" i crear així espais de resistència. Donar veu i posar l'orella.

El dia a dia és una obertura, entre altres moltes coses, geogràfica, creada a partir de relacions entre persones. Participem del nostre territori a partir o a través de la nostra escolta, és a dir, a través del nostre cos i de l'escolta dels cossos on, a partir d'aquesta ressonància dinàmica i acústica relacional, podem arribar a establir una conceptualització de l'espai a partir d'una geografia generativa. Així, l'espai urbà creat és un espai generat per la temporalitat de l'audició. El so és temps, és volum. Aquesta audició, o la seva condició epistemològica no deixa de ser un mecanisme que es desenvolupa com un event, on el so, l'escolta com a perspectiva central i organitzadora, obre una sèrie de mecanismes d'interacció que creen una nova redistribució i transformació de l'espai viscut, una micro-geografia del moment i del moviment. Com a resultat, la relació entre el so d'un i el so dels altres contribueix a la creació d'espais urbans compartits i a la seva constant reconfiguració. Aquest espai, allò urbà, ens remet a lo inestable, intangible, a allò transitable, que s'estructura sobre la marxa, mai s'acaba. No té límits, és com una esfera. Allò urbà es troba als carrers, places, museus, manifestacions, etc., essent un espai sensible de visibilitats i enunciats, de micropràctiques com assenyalaria Foucault.

CAST

Del espacio urbano como práctica sonora y social a las filosofías sobre el espacio público. No podemos dejar de comentar la visión debordiana sobre el espacio urbano dentro de la Sociedad del Espectáculo, al considerarlo "un lugar dotado de sentido por los sujetos y que, al mismo tiempo, otorga sentido a los mismos actores", siendo éstos los constructores de la realidad social. Por otra parte, Michel de Certeau cree que "el espacio urbano es siempre el resultado de un conflicto dialéctico permanente entre poder y resistencia al poder". Este espacio, sigue De Certeau, "es el producto de las operaciones que lo orientan, lo temporizan, lo sitúan y lo hacen funcionar. Dentro de cada una de estas operaciones, actúa una fuerza hegemónica y disciplinaria y otra que se contrapone". Siguiendo los pasos de Foucault, De Certeau no sitúa este conflicto entre las grandes fuerzas políticas o colectivos sociales existentes, sino "dentro de las operaciones cotidianas y que originan la práctica social". Son estas microprácticas las que abren las posibilidades de subversión del poder y alteran así sus significados.

Lo urbano, por tanto, no puede ser entendido de manera textual, ya que no podemos determinar las fronteras o límites que lo hacen posible al no poder construir sistemas o "espacios propios" y estáticos, al encontrarnos de nuevo, con un agente desintegrador y re-configurador de espacios y nuevas geografías. El ruido.

Estos "espacios de ruido", en cambio constante, son espacios acústicos y se crean ellos mismos en el tiempo, como una esfera sin fronteras fijas, un espacio creado por aquello que ocupa, no siendo un espacio que contiene cosas. No es pictórico, textual ni visual, sinó dinámico, creando sus dimensiones momento a momento. Este espacio público/privado, recuperando la idea de límite inicial, como máxima expresión de lo urbano, alberga en el tiempo una gran potencialidad gracias a que se constituye en un mismo lugar por diferentes temporalidades cargadas a su vez de diferentes significados.

 

CAT

De l'espai urbà com a pràctica sonora i social a les filosofies sobre l'espai públic. No podem deixar de comentar la visió debordiana sobre l'espai urbà dintre de La Societat de l'espectacle, al considerar-lo "un lloc dotat de sentit pels subjectes i que, al mateix temps, otorga sentit als mateixos actors", essent aquests els constructors de la realitat social. Per altra banda, Michel de Certeau creu que "l'espai urbà o habitat és sempre el resultat d'un conflicte dialèctic permanent entre poder i resistència al poder". Aquest espai, segueix De Certeau, "és el producte de les operacions que l'orienten, el temporitzen, el sitúen i el fan funcionar. Dintre de cadascuna d'aquestes operacions, actúa una força hegemònica i disciplinaria i una altra que s'hi contraposa". Seguint els passos de Foucault, De Certeau no sitúa aquest conflicte entre les grans forces polítiques o col·lectius socials existents, sinó que el sitúa "dintre les operacions quotidianes i que origínen la pràctica social". Són aquestes micropràctiques les que obren les possibilitats de subversió del poder i alterar així els seus significats.

Allò urbà, per tant, no pot ser entés de manera textual, ja que no podem determinar les fronteres o límits que el fan possible al no poder constituïr sistemes o "espais propis" i estàtics, al trobar-nos de nou, amb un agent desintegrador i reconfigurador/productor d'espais i noves geografíes. El soroll.

Aquests espais de soroll, en constants canvis, aquests espais acústics es creen ells mateixos en el temps, com una esfera sense fronteres fixes, un espai creat per allò que ocupa, no és un espai que conté coses. No és un espai pictòric, textual i visual, sinó dinàmic, un fluxe, creant les seves dimensions moment a moment. Aquest espai públic/privat, recuperant la idea de límit inicial, com a màxima expressió d'allò urbà, alberga en el temps una gran potencialitat gràcies a constituïr-se en un mateix lloc per diferents temporalitats carregades al mateix temps de significats.

CAST

"Yo soy la plaza y la calle, soy su esencia, de pura frontera y límite". Epílogo.

Diferentes ideas son las que hemos estado trabajando durante estas breves líneas. Hemos establecido como aproximación a la idea de límite y frontera en un contexto urbano la creación de un espacio-frontera que se organiza a través de la relación yo-interior-exterior. De la misma manera que en la experiencia estética, donde es el sujeto, con su manera de ver y de escuchar quien con su transitar nómada de los espacios los crea y organiza, y con esta acción desde los límites y entre ellos, tanto performativa como estética, podemos crear espacios de acción y de contrapoder nuevos, espacios donde el ruido se convierte en un dispositivo de práctica política y estética. De esta manera esta escucha se transforma en una interferencia que crea nuevos lugares de relaciones, los límites y fronteras de los cuales son móviles o inexistentes, se crean momento a momento, de la misma manera que vienen representados por el primer límite, la relación entre yo-interior-exterior. Esta interferencia, como la acción performativa de transitar los espacios, crea al mismo tiempo nuevos espacios de escucha y de relaciones entre las personas.

La práctica de la escucha externa, la del ruido, es una forma de ocupar un espacio en el que se distribuyen nuevas relaciones entre los cuerpos que lo experimentan. Es un proceso comunicativo complejo e importante a nivel de significación y manifestación de todas las actividades humanas y que proponen aceptar las razones del otro al mismo tiempo y nivel que las mías. La finalidad de este escrito tiene que ser esta, la de situar al lector frente a los aspectos mas diversos de la realidad desde la perspectiva de la investigación sonora actual y desde una "escucha exterior", un retorno a la finalidad máxima de escuchar nuestro entorno social y relacional. Además, poner a disposición del lector un discurso estético que trate tanto la dimensión del ruido como objeto estético, como la experiencia estética y el sujeto que escucha en relación a los espacios que ocupa.

El sonido de nuestras ciudades representa para muchos de nosotros una presencia emotiva que va mucho más allá en el momento en el que la transportamos al campo de la experiencia estética. Un breve discurso sobre arte sonoro contemporáneo que incorpora una relación con la exploración del entorno acústico es entender el mundo, la urbe, nuestro espacio acústico como una fuente inagotable de fenómenos que cada actor construye a su manera, con la finalidad de determinar quiénes somos y el medio por el cual nos relacionamos con el sonido del otro.

 

CAT

"Jo sóc la plaça i el carrer, sóc la seva essència, de pura frontera i límit". Epíleg.

Vàries idees hem estat treballant durant aquestes breus línies. Hem establert com a aproximació a la idea de límit i frontera en un context urbà la creació d'un espai-frontera que s'organitza a través de la relació jo-interior-exterior. De la mateixa manera que en l'experiència estètica, on és el subjecte, amb la seva manera de veure i d'escoltar qui amb el seu "transitar" nòmada dels espais els crea i reorganitza, i amb aquesta acció des dels límits, performativa i estètica, podem crear espais d'acció i de contrapoder nous, espais on el soroll esdevé un dispositiu de pràctica política i estètica. D'aquesta manera aquesta escolta es transforma en una interferència que crea nous espais de relació, els límits i fronteres dels quals són mòbils o inexistents, es creen moment a moment, de la mateixa manera que venen representats pel primer límit, la relació entre jo-interior-exterior. Aquesta interferència, com l'acció performativa de "transitar" l'espai, crea al mateix temps nous espais de relacions entre les persones.

La pràctica de l'escolta externa, la del soroll és una forma d'ocupar un espai en el qual es distribueixen noves relacions entre els cossos que l'experimenten. És un procés comunicatiu complex i important a nivell de significació i manifestació de totes les activitats humanes i que proposen acceptar les raons de l'altre al mateix nivell que les nostres. La finalitat d'aquest escrit ha de ser aquesta, la de situar l'oient enfront dels aspectes més diversos de la realitat des de la perspectiva de la investigació sonora actual i des d'una "escolta exterior", un retorn a la finalitat mateixa d'escoltar el nostre entorn social i relacional. A més, posar a disposició del lector un discurs estètic que tracti tant la dimensió del soroll com a objecte estètic, com la de l'experiència estètica i la del subjecte que escolta en relació als espais socials que ocupa.

El so de les nostres ciutats representa per a molts de nosaltres una presència emotiva que va molt més enllà en el moment en el qual la transportem al camp de l'experiència estètica. Un breu discurs sobre l'art sonor contemporani que incorpora una relació amb l'exploració de l'entorn acústic és entendre el món, la urbe, el nostre espai acústic com una font inacabable d'esdeveniments i fenòmens que cada actor construeix a la seva manera, amb la finalitat de determinar qui som i el mitjà pel qual ens relacionem amb el so de l'altre.

 

Sebastià Garcia Esparducer

Bibliografía

 

CERTEAU, MICHEL DE.- La invención de lo cotidiano: 2- Artes de hacer: Teorías del arte de hacer: Foucault y Bourdieu; 3- Prácticas espacio: Andares de la ciudad; Naval y carcelario; Relatos de espacio. Universidad Iberoamericana, 2000.

COX, C., WARNER, D..- AUDIO CULTURE. READINGS IN MODERN MUSIC. LIBRARY OF CONGRES, 2008, NEW YORK

BLESSER, BARRY I SALTER, LINDA-RUTH.- Spaces speak, are you listening? Experiencing aural architecture. MIT editions, 2009.

GARCIA ESPARDUCER, SEBASTIAN.- Silenci, no facis soroll! L'experiència estètica a la composició sonora contemporània. El subjecte a l'escolta. Tessina Màster "Pensar l'Art d'Avui", UAB, 2010.

LABELLE, BRANDON.- Acoustic Territories. Sound culture and everyday life. CIPG. New York, 2012.

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