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#05 July 2014 / CocinArte Thoughts on art and cuisine

Naturaleza artificial*

Curator: Joan Carles Tortosa
Artist: André Ricardo Drokan

Cuando uno se aproxima a las creaciones del artista-cocinero brasileño André Drokan lo primero que le sorprende es la calidez y sencillez de sus propuestas. En las obras de André, siempre asentadas en un discurso relacionado con los espacios y procesos de elaboración culinarios, subyace un profundo respeto al arte de cocinar. De hecho, André atribuye al cocinero, en tanto que transformador de lo natural, una actitud de respeto al producto que transforma con su destreza.
Así, para André, cobran especial importancia no sólo la manipulación de los alimentos sino cómo éstos se disponen en los espacios, siempre en constante relación unos con otros, en un estudiado y cuidado equilibrio.

En esta serie de elaboraciones, André abandona intencionadamente la mirada al proceso y la calidez de la cocina a la que nos tenía acostumbrados para adentrarse en el terreno de lo industrial. Así pues, el artista realiza la serie “bodegones”, naturalezas muertas que guardan un mensaje y un discurso: para André el bodegón ya no muestra el producto natural que muere, puesto que el producto natural ya no existe.
De este modo, André nos muestra el resultado final de múltiples procesos, la mayoría industriales, que han despojado el producto natural de todo aquello que lo enraizaba con su propia naturaleza: el atún se muestra enlatado, la patata embolsada y procesada, el tomate triturado y edulcorado, etc.

Bodegón 1

(chips, aceite vegetal, atún enlatado, kétchup, rúcula envasada, canela, salsas)

André, que a menudo nos había acercado al relato culinario de una manera humilde y a la vez sabia, nos conduce ahora, con esta serie de tres platos, hacia el rostro más frío de lo industrial y hacia la crítica de la sociedad de consumo y del ready made.
Así, en el proceso para la consecución de unas vistosas elaboraciones, ha quedado reducido a la mínima expresión el proceso culinario, de tal modo que se ha perdido el sentido de lo culinario en tanto que proceso y se atiende tan sólo a la obtención de un resultado atractivo y vistoso.

Elaboración 1

Elaboración 1

Es importante destacar como André pretende mostrar lo industrial como un “no lugar” gastronómico o, mejor aún, como aquel espacio dónde se “desarma” lo natural, y donde lo que cobra importancia es ya la marca (y no tanto del producto en sí). Estas categorías interpretativas nos acercan a conceptualizaciones de la comida y a un tipo de discurso que se aproximan a lo que Jeremy Iggers, en relación a los “restaurantes y la comida de marca”, ha venido a denominar “gastroporn[1].
En este sentido, es importante destacar cómo, para el artista, la pérdida de lo natural, de lo fresco, y por tanto de lo auténtico, ha sido una exigencia para la concepción de estas creaciones, justamente para lanzar una crítica voraz contra la sociedad industrial y de consumo.

Así pues, André nos está hablando, a través de estas series, del resultado de la “cocina industrial”, de la perversión de lo natural, de la alteración artificiosa y, en último término, de la adulteración de la relación del cocinero-consumidor con la comida.
De este modo, ante la castración de todo proceso de elaboración, el alimento se nos aparece, vistoso eso sí, pero frío y descarnado. De este modo, André nos habla de unas elaboraciones que han perdido su erotismo culinario, que han perdido su sentido placentero y de las cuáles sólo importa la consumación del acto de comer.  

Pero la aguda crítica que André hace de los procesos industriales que subvierten lo natural de la comida no está exenta de humor. Así pues,  llamando bodegón a algo ya “premuerto”, y disponiendo los ingredientes industriales de tal modo que el resultado se nos aparece como producto de la cocina creativa. El secreto de esta fina ironía sólo es posible si nos acercamos al mundo gastronómico y artístico de un modo peculiar, con una especial mirada.


[1] Iggers, Jeremy; “Who needs a Critic? The Standard of Taste and the power of branding”; First Course: Taste&Food Criticism, p.98

 

Bodegón 2

Y es que la mirada de André es la mirada de un niño, que se acerca a la cocina desde una aparente inocencia pero que esconde, a su vez, un atrevimiento y una sinceridad absoluta. Tal mirada no deja al destinatario de su obra indiferente. De tal modo que, en esa narrativa propia y común a esta serie de platos, André incorpora una tenaz crítica a la sociedad de consumo y a la elaboración de corte industrial, en tanto que alejada de lo natural.
Para lograrlo, André se sitúa en las antípodas de lo que es el acto de cocinar y la relación de intimidad y respeto del cocinero/creativo en relación con los productos de los que se sirve para la elaboración gastronómica. Este mensaje convierte la serie Naturaleza Artificial en una muestra de lo que puede denominarse cocina política.

Elaboración 2

Plato 2

En este sentido, en la medida en que estas series promueven un mensaje crítico contra la sociedad de consumo e industrial, contra el sistema económico actual en sí, pueden ser consideradas como muestras de una cocina anticapitalista. Por eso, en la medida en que André construye elaboraciones gastronómicas a partir de naturalezas artificiales, se produce una denuncia de cómo el capitalismo está, en último término, subvirtiendo el orden natural de las cosas y, a su vez, fomentando el desarraigo de lo natural.

Bodegón 3

(cubanitos de chocolate)

La cocina política de André nos permite, a su vez, un acercamiento no tan inocente hacia determinadas prácticas culinarias, la mayoría asociadas al mundo de la elaboración industrial de productos gastronómicos. André nos advierte, sutilmente, de los riesgos y los peligros de determinadas prácticas y nos sugiere, también, que no todo ha de ser válido en cocina y no toda elaboración gastronómica debe ser considerada como tal.

Elaboración 3

Plato 3

Es por ello que André, en la medida en que dota de un significado político a sus elaboraciones gastronómicas, pone en relación conceptos y categorías ajenos a la cocina y, por tanto, sus platos ya no contienen tan sólo ingredientes sino que conllevan una carga ideológica y crítica que los hacen, si cabe, aún más suculentos.

 

* El autor ha querido titular estas composiciones con el nombre de Naturaleza Artificial. El hecho de someter esta serie de tres elaboraciones gastronómicas bajo esta denominación contradictoria se debe a que André Drokan persigue con su arte, ante todo, una sutil provocación.

Comentarios

On September 29, 2014 at 22:17
maite dice:

Muy interesante!

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